Ofrecer una recompensa puntual a los empleados para motivarles es una forma que tienen las empresas de compartir objetivos con su plantilla y premiar el esfuerzo individual.
Una recompensa, bien valorada por los premiados, ayuda a la superación de los objetivos. Para alcanzar este propósito, lo principal es que el incentivo sea impactante y con alto valor percibido.
¿Debo incentivar a los empleados con dinero?
Mientras que la entrega de dinero (en forma de bonus en nómina) sigue siendo la opción más elegida por las empresas, también se pueden valorar alternativas que produzcan un impacto muy positivo asociado a un premio diferente que genere un alto valor emocional. Por eso, la opción de entregar recompensas no monetarias está cobrando fuerza. Según un estudio de la Incentive Research Foundation, en Reino Unido el 53% de las compañías ya no entregan dinero a sus empleados como forma de motivación.
Sin embargo, encontrar un sustituto al dinero en efectivo, y que se adapte tan bien a las necesidades de los empleados, no es sencillo: entregando una cantidad de dinero, la empresa puede adaptar la recompensa fácilmente al nivel de esfuerzo. Además, no hay logística ni almacenamiento de producto y se asegura la satisfacción del premiado.
¿Qué alternativas existen a los incentivos monetarios?
El uso del dinero para motivar a los empleados está decreciendo porque las empresas buscan formas más innovadoras, menos vinculadas con las nóminas y con mayor efecto emocional.
Durante años, las empresas se han decantado por regalos físicos (electrónica, ropa, productos gourmet, etc.) u ocio (viajes, escapadas…). Sin embargo, la heterogeneidad de las plantillas complica la elección del regalo adecuado para todos.
En los últimos años, incentivar a través de cheques o tarjetas regalo está creciendo exponencialmente en todos los países: según la Allied Market Research 2017, el crecimiento estimado del mercado de las tarjetas regalo a nivel mundial será del 15,7% anual en los cinco próximos años y este crecimiento se realizará al 35% en Europa según Technavio. A modo de ejemplo, las tarjetas digitales crecieron un 72% en Reino Unido el año pasado según UK Gift Card Association.
Esto se debe a que, operativamente, cuentan con las ventajas del dinero: garantiza la satisfacción del premiado, que puede elegir su propio regalo. Pero otra ventaja de las tarjetas regalo radica en su desvinculación de la nómina y la posible personalización del envoltorio.
Según un artículo publicado por Ovation Incentives, así se pueden resumir las virtudes de las tarjetas regalo frente al dinero en nómina:
Más viral
Hablar de dinero o nóminas a veces puede ser un poco delicado en algunos entornos. La entrega de valor monetario a través de una tarjeta rompe con esa barrera, permitiendo que los empleados hablen y comparen sus premios, aumentando el efecto del incentivo. De esta manera, se incrementa la notoriedad de los premios entregados en los equipos. El boca-oreja tiene un impacto positivo en los intereses personales y aumenta la participación en los programas.
Valor real
Si la recompensa monetaria se entrega junto con la nómina, el valor económico del premio se verá mezclado con su poder adquisitivo, pasando con facilidad a ser usado en gastos habituales. No se verá como un extra. En cambio, el uso a través de tarjetas regalo canjeables en una serie de tiendas escogidas permitirá que el premio sea realmente valioso, entendiéndose como un reconocimiento para el que el empleado ha hecho méritos.
Más memorable
Al ser canjeado por un artículo o experiencia elegida por cada empleado, se tiene más presente que el origen de dicho regalo ha sido la empresa. Esto aumenta la vinculación con la compañía. Mientras que un empleado no recordará demasiado el bonus que ha ganado en el trimestre anterior, sí se acordará que la televisión que tiene en su salón o las zapatillas deportivas que está usando han sido conseguidas como premio en un programa de incentivos.
Más personal
En relación con la entrega de dinero, una tarjeta regalo es más percibida como un regalo. El receptor lo gasta como más le conviene, personalizando al máximo la recompensa. Con un programa de motivación con tarjetas regalo, los empleados pueden elegir cómo recibir su regalo: ocio, restauración, deporte, cultura, viajes…
Un regalo que se comparte
Hay un fuerte componente de motivación para aquellas personas que comparten el premio con sus familiares. Comprar un regalo para un niño, por ejemplo, es una forma de convertir ese regalo en algo muy potente.
Con el crecimiento de las necesidades de incentivos, surgen nuevas alternativas al dinero, más eficaces a la hora de aumentar la vinculación con la compañía y la contribución individual a los objetivos globales:
- Cheques regalo. Son la solución perfecta para entregar a los empleados en mano, en oficinas o eventos.
- Tarjeta física. A las ventajas del cheque, une la posibilidad de dividir el uso del saldo en varias compras y una mayor red de tiendas donde usarlas.
- Tarjeta virtual. Ideal para necesidad de recompensa inmediata y públicos con dispersión geográfica.
Estas soluciones se pueden encontrar en versión monomarca (de uso en un solo establecimiento, web o cadena), lo que las convierte en un regalo temático. O multimarca (uso en una red variada de tiendas), para equipos grandes y con diferentes perfiles.
La tarjetas regalo digitales ofrecen a las empresas una forma de entregar sus incentivos sin logística, con entrega y disfrute inmediatos y con las mayores posibilidades de personalización.
A la hora de elegir la mejor recompensa, es clave definir los objetivos de la empresa y los perfiles de las personas a premiar, haciendo del incentivo el punto de encuentro.
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